Es la primera vez desde que tengo el blog que no se como empezar una entrada. De hecho, el problema no es la falta de inspiración o de temática; sino todas las cosas que quiero decir pero aun no están en orden.
Con esto no quiero hacer apología ni del sobrepeso, ni de la delgadez extrema, ni de los cuerpos con curvas, ni de los cuerpos fitness.
Es algo mucho más complejo que todo esto. Se trata de un problema social que afecta a muchísima gente (la mayoría mujeres). Con este "desorden" en el tallaje se desencadenan inifidad de problemas de alimentación sobretodo en gente jóven como la anorexia. También una angustia general a la hora de comprar ropa. Descontento por la pérdida de tiempo en probadores intentando encontrar tu talla ideal, y desesperación por no saber la talla real necesaria.
Probablemente no soy la única que lo piensa y muchas de vosotras habéis sentido lo mismo que yo o tenéis gente cercana que lo vive a diario.
Me niego a seguir iéndome a mi casa angustiada o triste porque gente ajena (llámese fabricantes, diseñadores, multinacionales, distribuidores, etc) tallen a su antojo y por su cuenta.
Ojalá el problema de la unificación de tallas se solucione lo más pronto posible.
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"No es hacer lo que uno quiere... sino QUERER LO QUE UNO HACE"
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Voy a intentar explicar todo de un modo conciso y sin dejarme nada en el tintero.
Antes de nada, quiero aclarar que no vengo a hacer ningún tipo de demagogia. Tampoco vengo a dar lecciones de vida. Ni siquiera a descubriros algo nuevo.
Me tomaré esta entrada como desahogo personal y como medio para transmitir la indignación que siento.
Si os preguntasen que talla de pantalón usáis, ¿que responderíais?
Yo, a mis 23 años, aún no lo sé. Si me voy a Primark tengo una 40 o una 42 dependiendo del pantalón, si estoy en H&M tengo una 38, en Zara tranquilamente podría coger una 44, incluso tengo pantalones de Bershka que marcan una 36.
Hay varios puntos en este asunto que me tocan la moral.
PRIMERO: soy incapaz de comprar online vaqueros, pantalones, leggins o cualquier prenda inferior con la certeza de que la talla será la que necesito. No tengo ni una ligera idea de si una M me va a subir del trasero, de si una L me va a abrochar la cremallera o de si una 42 me va a quedar grande.
SEGUNDO: como clienta que soy y estando dispuesta a gastarme MI dinero, lo que espero es un mínimo de coherencia en cuanto a tallas. Ya nos volvemos locas buscando una talla en concreto, como para encima ni saber que talla es la que buscas porque no tienes claro cual es la que necesitas debido a que no hay unificación de tallas.
TERCERO: Autoestima, ¿estás ahí? Llevo desde los 13 comprándome ropa sola, interesándome por la moda e intentando vestir con prendas que me gusten pero a la vez que me sienten bien.
SEGUNDO: como clienta que soy y estando dispuesta a gastarme MI dinero, lo que espero es un mínimo de coherencia en cuanto a tallas. Ya nos volvemos locas buscando una talla en concreto, como para encima ni saber que talla es la que buscas porque no tienes claro cual es la que necesitas debido a que no hay unificación de tallas.
TERCERO: Autoestima, ¿estás ahí? Llevo desde los 13 comprándome ropa sola, interesándome por la moda e intentando vestir con prendas que me gusten pero a la vez que me sienten bien.
Por suerte, no soy una chica de la que se pueda decir que tenga sobrepeso, ni mucho menos. Me sobran 4 o 5 kilitos pero como a cualquier hijo de vecino. Además, mido casi 1'70 m.
El hecho es que hasta que me desarrollé y se compensó la altura con el peso, era una niña rellenita con problemas alguna que otra vez de encontrar mi talla.
Será que siempre he convivido con ésto o lo mismo es que tengo demasiada conciencia social, pero no quiero recordar la sensación que tenía cuando con 15 años no me entraba la ropa que quería, o cómo podía ser que una 40 no me entrase cuando en otra tienda sí usaba esa talla. ¿Realmente había engordado una talla sin yo darme cuenta? Físicamente no notaba los kilos, pero había una realidad y era que mi talla de siempre aveces me entraba y aveces no. No era consciente de la NO unificación de tallas.
Tampoco sé como podría convencer a una adolescente primeriza de que la culpa no es de su cuerpo, sino de marcas que no tienen la decencia de hacer tallas reales o, como mínimo, de etiquetar todas las prendas iguales con una misma talla.
Con esto no quiero hacer apología ni del sobrepeso, ni de la delgadez extrema, ni de los cuerpos con curvas, ni de los cuerpos fitness.
Es algo mucho más complejo que todo esto. Se trata de un problema social que afecta a muchísima gente (la mayoría mujeres). Con este "desorden" en el tallaje se desencadenan inifidad de problemas de alimentación sobretodo en gente jóven como la anorexia. También una angustia general a la hora de comprar ropa. Descontento por la pérdida de tiempo en probadores intentando encontrar tu talla ideal, y desesperación por no saber la talla real necesaria.
Probablemente no soy la única que lo piensa y muchas de vosotras habéis sentido lo mismo que yo o tenéis gente cercana que lo vive a diario.
Me niego a seguir iéndome a mi casa angustiada o triste porque gente ajena (llámese fabricantes, diseñadores, multinacionales, distribuidores, etc) tallen a su antojo y por su cuenta.
Ojalá el problema de la unificación de tallas se solucione lo más pronto posible.
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"No es hacer lo que uno quiere... sino QUERER LO QUE UNO HACE"
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Y tu tienes una talla " normal", fíjate lo que es para las que por diferentes razones, tenemos algún tipo de tallaje especial... Yo no entro a ninguna de las tiendas que tu mencionas... Solo a H y M... Y ahora desde hace un tiempo, tampoco encuentro nada.. Yo me resigne hace tiempo a eso de los tallajes...
ResponderEliminarSi que es cierto que tienes que tener ya una madurez mental para entender que el libre consumo lleva este tipo de cosas... Así que paciencia y a explicárselo a las nuevas generaciones...
Buen post, gracias!